Seguramente, uno de los desafíos científicos más ambiciosos y complejos es dar con una vacuna que evite una enfermedad como el cáncer que es, en realidad, muchas enfermedades distintas. Solo en América Latina, cada año hay más de 1,4 millones de nuevos casos, alcanzando unas 670 mil muertes, lo cual confirma su prevalencia detrás de la enfermedad cardíaca. Lamentablemente, el 70% de las muertes por esta causa en el mundo tiene lugar en países de ingresos bajos y medios.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) difundió el impacto de esta enfermedad en hombres y mujeres en el continente. En ellos, predomina el cáncer de pulmón (11,7%), colorrectal (10,2%), de próstata (8,6%) y de vejiga (5,9%); mientras que en mujeres el de mama (30,7%), pulmón (10,3%), colorrectal (9,6%) y uterino (6,4%).
Las células que construyen nuestra inmunidad innata son también las que activan la puesta en marcha de la llamada inmunidad adaptativa mediante los linfocitos B y los T. Son las células dendríticas las que activan a los linfocitos T, indicándoles dónde dirigirse para dar batalla a la enfermedad y cómo hacerlo. Mientras los tradicionales tratamientos de quimioterapia y radioterapia fueron diseñados para atacar a las células cancerosas, destruyendo a su vez a otras por falta de precisión, la inmunoterapia oncológica moviliza la propia respuesta defensiva de manera dirigida y menos invasiva. Es por ello que, utilizado en la Argentina desde 2016, este abordaje terapéutico demuestra ser una herramienta cada día más revolucionaria. La combinación de terapias clásicas como cirugía, radio y quimioterapia, con inmunoterapia, terapias génicas y celulares, multiplica las posibilidades de mejorar la calidad de vida y ampliar la sobrevida.
Desde hace más de un siglo que el cáncer no fue atacado por nuestras defensas, como ocurrió con otras enfermedades. Hasta que en los últimos años se conocieron varias causas de este hecho. Fue así que en 2013 la revista científica Science dijo: “La inmunoterapia oncológica es una forma diferente de tratar el cáncer, pues estimula nuestro sistema inmunológico, por lo que los oncólogos afirman que se ha dado vuelta la hoja y ya no habrá regreso”.
El equipo de José Mordoh, con apoyo del Conicet y del programa Cáncer con Ciencia, de la Fundación Sales, desarrolló una vacuna terapéutica contra el melanoma, aprobada por la Anmat en julio de 2021, que podrá utilizarse en unos meses, cuyo objetivo es entrenar a las células inmunes para reconocer y eliminar el tumor. La vacuna demostró alta eficacia en ensayos clínicos con pacientes, realizados en el país. Mordoh trabaja en células dendríticas desde 2002. En la Argentina, entre 1200 y 1500 casos de melanoma –el más grave cáncer de piel– producen unas 600 muertes al año.
También recibió reciente aprobación en nuestro país la droga Encorafenib para el tratamiento de cáncer colorrectal metastásico y melanoma avanzado. El ritmo de aprobación de medicamentos contra distintos tipos de cáncer es sorprendente.
Dedicar mayores recursos a la investigación abrirá nuevas y esperanzadoras alternativas, favoreciendo que las terapias masivas vayan dejando paso a otras personalizadas para cada paciente. Los pronósticos estiman que los casos de cáncer aumenten un 78% para 2040, estimándose que habrá 29,5 millones de nuevos casos al año. Entre un tercio y la mitad de ellos podrían prevenirse reduciendo los factores de riesgo, como el consumo de tabaco y de alcohol, la alimentación poco saludable y la falta de ejercicio físico. Sensibilizar y educar sobre el cáncer es tan importante como continuar invirtiendo en investigación. Más de la mitad de los cánceres debidamente tratados pueden mantener crónica la patología.
Fuente: diario La Nación