El científico Paul Workman dijo en 2017 al diario El Mundo de Madrid, como presidente del Instituto de Investigación del Cáncer de Londres: “Mis padres murieron de cáncer. Investigo la enfermedad desde hace 40 años. Las nuevas terapias para el cáncer de piel estimulan nuestras defensas y evitan efectos tóxicos, pero los tratamientos son muy costosos. En Inglaterra, Estados Unidos y países europeos superan el valor de una casa: 100.000 euros o hasta 500.000 si se necesitan dos, tres o cuatro tratamientos. No critico a la industria que tiene que ser viable económicamente. Una solución es que las universidades y fundaciones intervengan en el desarrollo de medicamentos”.
La Fundación Sales es parte de esa solución. Creada hace 47 años (1976), desarrolla programas de investigación del cáncer con investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) que logran avances internacionales. Uno de ellos, José Mordoh, discípulo del premio Nobel argentino Luis F. Leloir y, en su juventud, del Nobel francés François Jacob (Instituto Pasteur de París), dirige desde hace más de 35 años un equipo científico que logró una vacuna terapéutica contra el melanoma, el más grave cáncer de piel. No es preventiva, pues se aplica a pacientes con la enfermedad. Aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), podrá utilizarse en pocos meses, producida por el laboratorio Pablo Cassará de la Argentina.
Como destacó LA NACION en su editorial del 31/7/23, hace más de un siglo que ciertas enfermedades comenzaron a atacarse a partir de las defensas de nuestro organismo, aunque esto no ocurrió con el cáncer. Ya se conocen razones de este hecho. Por eso, en 2013, la revista científica Science dijo: “La inmunoterapia oncológica es una forma totalmente diferente de tratar el cáncer pues estimula nuestro sistema inmunológico, por lo que los oncólogos afirman que se ha dado vuelta la hoja y que ya no habrá regreso”. La vacuna lograda por Mordoh es, precisamente, inmunoterapéutica. Mientras los tradicionales tratamientos con quimioterapia y radioterapia se diseñaron para atacar las células cancerosas, destruyendo a otras por falta de precisión, la inmunoterapia oncológica moviliza las propias defensas de forma precisa y no invasiva. Abordaje revolucionario, ya que al combinarse con las mencionadas terapias tradicionales, mejora la calidad de vida y amplía la sobrevida.
En Uruguay, el presidente y médico oncólogo Tabaré Vázquez participó en 2015 de las Conferencias de Invierno en Oncología, cuyo tema central fue el cáncer de piel, en especial el melanoma. Vázquez, que conocía nuestras investigaciones, fue muy crítico del alto costo de tratamientos contra el melanoma, de baja eficacia y reducida sobrevida en pocos pacientes.
Las vacunas preventivas evitan una enfermedad. La terapéutica lograda por Mordoh se aplica en el inicio de la enfermedad para que el melanoma no se agrave. Es única en el mundo por el aumento que logra del número y variedad de linfocitos de nuestro sistema inmunológico para atacar las células tumorales.
*El autor es director ejecutivo de la Fundación Sales