vacuna contra el melanoma

Avances en inmunoterapia oncológica

Sobre un total de 325 mil nuevos casos, en 2020 fallecieron en el mundo 57.000 mil personas por melanoma, la forma más agresiva de cáncer de piel. En la Argentina, hablamos de entre 1200 y 1500 casos anuales, con alrededor de 600 muertes. Alentadores vienen siendo los resultados de los ensayos clínicos realizados por el laboratorio Moderna en pos del aumento de las posibilidades de supervivencia gracias a una nueva vacuna experimental que podría estar disponible en dos años.

Se trata de una de las llamadas terapéuticas, que permiten tratar una enfermedad en lugar de solo prevenirla, entrenando al sistema inmunológico contra el agente invasor. Utiliza la tecnología de ARN mensajero que tanta eficacia demostró frente al Covid.-19 y el seguimiento de los resultados testeados durante dos años confirma la reducción del riesgo en hasta un 44%, sin tasa de aumento de efectos secundarios.

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Un nuevo estudio de fase 3 se llevará a cabo en 2024 entre mil personas, acercando las posibilidades de una aprobación condicional de la llamada ARNm-4157. Moderna construye una nueva fábrica en Massachusetts para contar con abundante suministro tal como exige la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA).

Uno de los inconvenientes de estas nuevas terapias es que involucran costosos tratamientos, por eso las sinergias entre universidades y fundaciones sin finalidad lucrativa abren nuevos horizontes de accesibilidad para muchas más personas. Entre nosotros, profesionales de Fundación Sales, en colaboración con investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), liderados por el reconocido José Mordoh, discípulo del premio Nobel Luis F. Leloir, lograron luego de tres décadas de un inédito desarrollo una vacuna terapéutica que llamaron Vaccimel, ya aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat). Es única en el mundo por el aumento que permite del número y variedad de linfocitos del sistema inmunológico para atacar las células tumorales.

Tras evidenciar alta eficacia en los ensayos clínicos, será producida por el laboratorio Pablo Cassará y estará disponible en los próximos meses. A diferencia de los tratamientos convencionales como la quimio y radio terapia, la vacuna no afecta las células sanas, estimula las defensas y evita que la enfermedad se agudice.

Los donantes mensualizados de Fundación Sales sostienen estos fantásticos avances en investigación, permitiendo también el patentamiento en más de una veintena de importantes países. A todos nosotros nos evitan los altísimos costos de importación que volverían inalcanzables estas terapias.

Estos hitos en el tratamiento del melanoma podrían tener aplicaciones para tratar otros tipos de cáncer a futuro. Celebramos que la ciencia argentina siga confirmando que está a la altura de lo mejor del mundo y apoyamos el trabajo de los prestigiosos profesionales de Fundación Sales.

Fuente: diario La Nación

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El crudo testimonio del papá de Santi Maratea en su tercera lucha contra el cáncer: “Si me tengo que ir, habrá llegado mi hora”

Es la tercera vez que le diagnostican cáncer, esa enfermedad que él mismo asegura “se asocia directamente a la muerte”. Y aunque los miedos lógicos están, Rafa Maratea (61), el padre del conocidísimo influencer Santiago Maratea (31), afronta con valentía esta difícil batalla que el destino le pone una vez más por delante.

“En 1994 tenía 32 años y me apareció un linfoma de Hodgkin. Estuve dos años con quimioterapia y rayos, hasta que lo revertí. En 2012 me aparece un cáncer de tiroides. Ese fue mucho más leve”, comenzó explicando Rafael en esta entrevista exclusiva con Clarín.

Y continuó: “En esa oportunidad me operaron, me hicieron un tratamiento corto y ya está, no tengo tiroides… Ahora me aparece un cáncer de pulmón con metástasis en vértebras y cadera. Esto fue hace tres meses”.

-Tenía un dolor en el mediastino que parecía algo gástrico y me derivaron al cardiólogo. Me hicieron todos los estudios y no apareció nada extraño salvo una mancha en el pulmón y ahí empezamos todo. Fue fortuito.

Santi y Rafa Maratea en una postal tomada hace varios años. Foto: FacebookSanti y Rafa Maratea en una postal tomada hace varios años. Foto: Facebook

-Cuando te dieron el diagnóstico, ¿cómo lo recibiste?

-En el primer cáncer me encontré desorientado, tenía 32 años, mis hijos chiquitos, tenía tristeza, angustia, esa fue mi sensación decir: ‘¡Pará! No empecé a vivir y ya me estoy muriendo’. Porque el cáncer se asocia directamente a la muerte. No hay un término medio. El segundo cáncer me agarra enojado. La pregunta fue: ‘¿Otra vez?’. Y este, paradójicamente, me agarra en paz.

-¿A qué se debe?

-A que esto me está diciendo que algo tengo que aprender. Y que me agarra sin presiones, porque mis cuatro hijos ya son grandes y tienen la vida encaminada. Mariana, mi mujer, se murió en 2019 y no tengo la presión del primer cáncer en el que ella tenía 30 años y me decía: ‘Rafa por favor no te mueras que me quedo sola’.

Santiago y Rafael Maratea son muy unidos.
Santiago y Rafael Maratea son muy unidos.

-¿No tenés miedos?

-Obviamente que los tengo pero lo que tenga que pasar va a pasar. Yo no puedo controlar mi destino. Me pongo en manos del universo y si me tengo que ir, habrá llegado mi hora. Lo tomo hasta con alegría.

El tratamiento de Rafa Maratea en su tercer lucha contra el cáncer

“Ayer -por este miércoles- fue mi primera sesión quimioterapia. Hago dos tratamientos: uno de inmunoterapia, que trata directamente el tumor, y la quimioterapia, que te barre todo”, detalló Rafa, quien además de ser conocido por ser el papa de Santiago, es consultor de empresas, entrenador deportivo, y embajador solidario de la Fundación Sales, que apoya la investigación sobre el cáncer.

Rafael Maratea compartió este miércoles en sus redes una foto de su sesión de quimioterapia.Rafael Maratea compartió este miércoles en sus redes una foto de su sesión de quimioterapia.

Y agregó: “En principio tengo tres sesiones cada 21 días: me hacen una evaluación y se ve cómo se sigue. Son dos años de tratamiento. Así que iremos viendo cómo evoluciona y haciendo los ajustes necesarios”.

La reacción de Santi Maratea y sus hermanos ante esta nueva batalla de su padre

“A Santi lo veo dos veces por semana. Él viene a casa, comemos, tenemos lindas charlas. Es un ser particular. Él aparece cuando quiere, no tiene una agenda preestablecida y justamente ayer -por el miércoles- me llamó”, reveló Rafael en diálogo con este medio.

Santiago Maratea y su papá, Rafael, tiempo atrás. Santiago Maratea y su papá, Rafael, tiempo atrás.

“Me dijo: ‘Viejo perdoname que estuve desaparecido‘, porque hace diez días que no lo veo, ‘pero cuando me dijiste que empezabas con la quimio me shockeó y no pude levantar el teléfono, te veo esta semana y te acompaño en todo lo que necesites’. Esa fue su reacción”, precisó el hombre.

Rafael Maratea y su esposa, Mariana Chevallier Boutell, junto a sus hijos: los mellizos Tomás y Lucas, Josefina y Santiago. Foto: FacebookRafael Maratea y su esposa, Mariana Chevallier Boutell, junto a sus hijos: los mellizos Tomás y Lucas, Josefina y Santiago. Foto: Facebook

Josefina, que es la que vive en Nueva Zelanda es bastante reacia a las emociones y trata de mantenerse firme, pero me llama para ver cómo estoy; y Lucas es el soldado que me acompaña a todos lados, me llevó a la quimioterapia y está atento y presente permanentemente”, completó Rafa en referencia a cada uno de sus cuatro hijos.

Rafael y su esposa, Mariana, quien murió en 2019. Rafael y su esposa, Mariana, quien murió en 2019.

“Íntimamente creo que después de la muerte de Mariana -quien se suicidó en 2019- ninguno de los cuatro está preparado para que yo me vayano quieren quedar huérfanos, me lo manifiestan de esa manera cómo pueden y yo voy a hacer todo lo que esté en mí para acompañarlos hasta que me necesiten”, cerró Maratea.

Fuente: Diario Clarin

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Nuevos avances contra el cáncer

Seguramente, uno de los desafíos científicos más ambiciosos y complejos es dar con una vacuna que evite una enfermedad como el cáncer que es, en realidad, muchas enfermedades distintas. Solo en América Latina, cada año hay más de 1,4 millones de nuevos casos, alcanzando unas 670 mil muertes, lo cual confirma su prevalencia detrás de la enfermedad cardíaca. Lamentablemente, el 70% de las muertes por esta causa en el mundo tiene lugar en países de ingresos bajos y medios.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) difundió el impacto de esta enfermedad en hombres y mujeres en el continente. En ellos, predomina el cáncer de pulmón (11,7%), colorrectal (10,2%), de próstata (8,6%) y de vejiga (5,9%); mientras que en mujeres el de mama (30,7%), pulmón (10,3%), colorrectal (9,6%) y uterino (6,4%).

Las células que construyen nuestra inmunidad innata son también las que activan la puesta en marcha de la llamada inmunidad adaptativa mediante los linfocitos B y los T. Son las células dendríticas las que activan a los linfocitos T, indicándoles dónde dirigirse para dar batalla a la enfermedad y cómo hacerlo. Mientras los tradicionales tratamientos de quimioterapia y radioterapia fueron diseñados para atacar a las células cancerosas, destruyendo a su vez a otras por falta de precisión, la inmunoterapia oncológica moviliza la propia respuesta defensiva de manera dirigida y menos invasiva. Es por ello que, utilizado en la Argentina desde 2016, este abordaje terapéutico demuestra ser una herramienta cada día más revolucionaria. La combinación de terapias clásicas como cirugía, radio y quimioterapia, con inmunoterapia, terapias génicas y celulares, multiplica las posibilidades de mejorar la calidad de vida y ampliar la sobrevida.

Desde hace más de un siglo que el cáncer no fue atacado por nuestras defensas, como ocurrió con otras enfermedades. Hasta que en los últimos años se conocieron varias causas de este hecho. Fue así que en 2013 la revista científica Science dijo: “La inmunoterapia oncológica es una forma diferente de tratar el cáncer, pues estimula nuestro sistema inmunológico, por lo que los oncólogos afirman que se ha dado vuelta la hoja y ya no habrá regreso”.

El equipo de José Mordoh, con apoyo del Conicet y del programa Cáncer con Ciencia, de la Fundación Sales, desarrolló una vacuna terapéutica contra el melanoma, aprobada por la Anmat en julio de 2021, que podrá utilizarse en unos meses, cuyo objetivo es entrenar a las células inmunes para reconocer y eliminar el tumor. La vacuna demostró alta eficacia en ensayos clínicos con pacientes, realizados en el país. Mordoh trabaja en células dendríticas desde 2002. En la Argentina, entre 1200 y 1500 casos de melanoma –el más grave cáncer de piel– producen unas 600 muertes al año.

También recibió reciente aprobación en nuestro país la droga Encorafenib para el tratamiento de cáncer colorrectal metastásico y melanoma avanzado. El ritmo de aprobación de medicamentos contra distintos tipos de cáncer es sorprendente.

Dedicar mayores recursos a la investigación abrirá nuevas y esperanzadoras alternativas, favoreciendo que las terapias masivas vayan dejando paso a otras personalizadas para cada paciente. Los pronósticos estiman que los casos de cáncer aumenten un 78% para 2040, estimándose que habrá 29,5 millones de nuevos casos al año. Entre un tercio y la mitad de ellos podrían prevenirse reduciendo los factores de riesgo, como el consumo de tabaco y de alcohol, la alimentación poco saludable y la falta de ejercicio físico. Sensibilizar y educar sobre el cáncer es tan importante como continuar invirtiendo en investigación. Más de la mitad de los cánceres debidamente tratados pueden mantener crónica la patología.

Fuente: diario La Nación

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Científicos argentinos trabajarán en colaboración con Universidad de Kyoto

(Buenos Aires).- En el día mundial contra el melanoma, una iniciativa para generar conciencia y prevención en las personas, el científico argentino Dr. José Mordoh anunció el inicio de un programa de colaboración con la Universidad de Kyoto, Japón. Así, se buscarán nuevas terapias que complementen a la efectividad de la vacuna terapéutica contra el melanoma desarrollada por Mordoh, que forma parte de los programas científicos que llevan adelante el CONICET y Cáncer con Ciencia de Fundación SALES.

La vacuna argentina contra el melanoma, cuya investigación básica se llevó a cabo en la Fundación Instituto Leloir y la investigación clínica en el Centro de Investigaciones Oncológicas de la Fundación Cáncer (FUCA), se basa en la inmunoterapia, es decir en la capacidad de generar en el sistema inmunológico de las personas una respuesta para enfrentar este tipo de cáncer. “La vacuna está indicada para pacientes que fueron operados de melanoma y presentan un riesgo intermedio, es decir que pueden tener posibilidades de volver a tener melanoma”, señala Mordoh. El medicamento, que ya fue aprobado por ANMAT, se encuentra en su etapa de producción.

Con respecto a los futuros pasos, el científico señala que “hace poco tuve la oportunidad de presentar en Japón los resultados de la vacuna. Estuve en la Universidad de Kyoto, donde se quedaron muy impresionados con nuestros resultados, y vamos a hacer proyectos en colaboración. Es una nueva era de mucho entusiasmo y de mucho aprendizaje. Siempre hay que estar aprendiendo y tratando de ver en qué medida cada cosa se puede aplicar porque nadie tiene que morir antes de tiempo”. De esta forma se buscará mejorar la efectividad que actualmente posee la vacuna contra el melanoma para que cada vez más personas se beneficien con su aplicación. “No hay dos personas iguales, por eso tenemos que ver qué vacuna necesita qué vacuna necesita cada persona. Este es otro aprendizaje sobre el cual estamos trabajando”, puntualiza Mordoh.

Inicios

En la década del 80, el Dr. Mordoh comenzó a trabajar en la inmunoterapia. Luego, ya en los 90 decidió centrar su investigación en melanoma dado que las cifras de muertes por este tipo de cáncer iban en aumento.

Luego de más de 30 años de investigación, logró desarrollar una vacuna terapéutica contra el melanoma para pacientes que ya fueron operados y que tienen un riesgo medio de recaída. “Llegó el momento de las vacunas antitumorales. Para mí, que fue una intuición en ese momento, es una especie de reconocimiento pero que por otro lado no permite descansar en ningún momento porque van apareciendo cosas nuevas”, resume Mordoh.

Cabe destacar que esta investigación, junto al resto de los programas científicos que lleva adelante Cáncer con Ciencia de Fundación SALES, es posible gracias al apoyo de más de 150.000 donantes históricos.

Para más información: https://cancerconciencia.org.ar/ – FB: @cancerconciencia.argentina – IG: @cancerconciencia.arg/

Fuente: Asset Comm

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Gabriel Rabinovich: “Se puede lograr que el cáncer sea una enfermedad crónica, con mejora inmunológica”

“Los amigos de la ciencia me cambiaron la vida”, cuenta con emoción, como si fuera el título de su próximo libro que podría recorrer su extensa y exitosa carrera científica de más de tres décadas.

Justo a semanas de haber dado con su equipo un nuevo paso fundamental en la batalla contra el cáncer, el doctor Gabriel Rabinovich explicará también que en su Córdoba natal, de pequeño, jugaba en la farmacia de sus padres, pero fue en la facultad, cursando la materia inmunología, donde daría un giro en su recorrido vocacional.

“La ciencia me salvó la vida, siento que ella me eligió a mí”, confiesa coloquial exhibiéndose desde el inicio de la entrevista como alguien sencillo, desprovisto del brillo de premios que recibió como el Konex de Platino o el Houssay, Bunge y Born o cuando en el 2017 se consagró como Investigador de la Nación.

Bioquímico y doctor en Ciencias Químicas, Investigador Principal de Conicet, Rabinovich es director del Laboratorio de Glicomedicina del Instituto de Biología y Medina Experimental (Ibyme) del Conicet.

Hace ocho años había descubierto con su grupo de expertos que, in vitro, el rol que cumplía la proteína Galectina-1 en el cáncer, como la clave para que los tumores se mantuvieran a raya. Al bloquearla, los tumores de los ratones perdieron fuerza y hace apenas semanas, Rabinovich confirmó esa hipótesis pero con tejido humano que abre un nuevo camino esperanzador.

Y además de todos esos avances, lideró el año pasado un equipo de científicos que descubrieron nuevos progresos para la cura del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) a través de la misma proteína con la que viene indagando en cáncer.

– Viene investigando y avanzando sobre la compleja relación entre el sistema inmunológico y el cáncer. ¿Podemos llegar a hablar de cura en algún momento?

– Creo más en hacer crónica la enfermedad, no me gusta hablar de cura. El objetivo es que lo que funciona se perpetúe en el tiempo, se mantenga controlado y siga habiendo mejoría inmunológica. Nosotros demostramos que el tumor produce una proteína que llamamos la Galectina 1 que ataca los linfocitos del sistema inmune y al bloquear a la misma desaparece la capacidad inmunosupresora del cáncer, la inmunidad se potencia y el tumor no crece. Es toda una investigación de treinta años y estamos muy cerca de un nuevo avance que no puedo revelar aún.

– ¿La aparición de un tumor depende en mayor medida de nuestro sistema inmune?

– Los tumores algunos pocos son hereditarios, otros en gran cantidad son por efecto ambiental como el tabaco, poluciones, agentes como virus y bacterias y un porcentaje grande se dan por mutaciones aleatorias, es decir, por cuestiones fortuitas. Obviamente el estilo de vida va ayudar a cómo hacer frente a una situación como éstas. Casi todos tenemos células malignas que crecen todo el tiempo, lo que pasa es que con un buen sistema inmune se elimina el tumor y no llegamos a enterarnos.

– ¿El huésped, el organismo, es todo y el germen no es nada, en definitiva?

– El huésped es mucho, es bastante. Cuando uno hace esa analogía con los virus, bacterias, el huésped tiene también su potencial y sus mecanismos de defensa pero también de evasión. Hay un porcentaje importante en que las infecciones depende del huésped, porque no todos nos vamos a enfermar de absolutamente todo a lo que estamos expuestos, porque tiene que ver la inflamación previa, la historia previa de vida, el microambiente, hay mucho que no está determinado por el microbio. Y en el caso del tumor es lo mismo, el sistema inmunológico es clave. Lo bueno es que con la inmunoterapia existen mecanismos para resetearlo, reprogramarlo y hacer que el sistema pueda eliminar los tumores.

– ¿En su cotidianeidad le gusta armar equipos para finalmente, como marca su historia, conseguir grandes logros?

– Me encanta el trabajo colectivo. La ciencia tiene que ser transformadora, colectiva, competitiva, íntegra y de alto impacto y de este modo unir redes, incluso federales. Ver a los pibes en las charlas que doy con esa emoción tan grande que en el país se pueden hacer cosas y que lo mejor es hacerla juntos, es maravilloso. La ciencia tiene mucho de soledad y de egos. Pero si uno convierte todo eso en desarrollo colectivo, es transformadora.

– ¿Cómo transmite a esas nuevas generaciones que para llegar hay que transitar un camino donde habrá seguro tropiezos?

– En mis charlas cuento siempre mis fracasos, porque hay estudiantes que viven todo el tiempo con obstáculos, que les cuesta mucho conseguir becas, resultados en los laboratorios. A mí también no me salían, no ganaba concursos y tenía sueños. Siempre tuve alguien que me acompañó, que me dio una mano. Hay que seguir los sueños más allá de los tropiezos, sentir lo que tu corazón dice. El problema es cuando no haces eso sino lo que los demás esperan que hagas y ahí no hay coherencia.

– Hablaba del trabajo en equipo. Conversó con al menos tres presidentes: ¿se puede trasladar esa mirada científica a un modelo de país?

– La ciencia como el arte rompen paradigmas de grietas en términos de que la única forma de llegar a tratamientos y de generar inclusión es uniéndonos todos. Un gobierno que piensa en cerrar ministerios de salud y de ciencia no va lograr que el país cambie. Tenemos que estar más cerca del paciente, de la gente. Un científico tiene que comprender la realidad de lo que le pasa al paciente, sino estamos fuera de todo. Estar siempre cerca del sufrimiento ajeno te permite investigar sobre temas relevantes. Lo que hacemos en el laboratorio nos cambia la vida a vos y a los otros. Hay que tener mucha resiliencia porque tenemos muchos rechazos de subsidios, becas de chicos, tenemos que competir con el primer mundo, donde tienen muchas más herramientas y recursos que nosotros…

Señas particulares

Bioquímico y doctor en Ciencias Químicas (Universidad Nacional de Córdoba), Gabriel Rabinovich es Investigador Principal de CONICET. Dirige el Laboratorio de Glicomedicina del Instituto de Biología y Medina Experimental (Ibyme, Conicet) y es profesor de Inmunología en la Facultad de Ciencias Exactas (UBA). El año pasado fue incorporado a la prestigiosa Organización Europea de Biología Molecular (EMBO). Es miembro asociado de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y profesor visitante en numerosas universidades extranjeras y cuenta con más de 180 artículos en revistas científicas líderes. Escribió los libros “Inmunología molecular: nuevas fronteras de la medicina” y “Qué es el sistema inmune”. Obtuvo los premios Houssay, Bunge & Born, el Konex de Platino y en el 2017 recibió el premio Investigador de la Nación.

 

Fuente: Diario Clarín

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La Ciudad se iluminó de Naranja

Junto a LALCEC, Donde quiero estar, ALMA y ACLA, con el apoyo del Gobierno de la Ciudad y del Senado de la Nación, el 4 de febrero diferentes puntos de la Ciudad se iluminaron para concientizar a las personas en torno al cáncer. La prevención, el acceso a la salud y el desarrollo de nuevas terapias son claves para disminuir la incidencia de esta enfermedad.

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Cáncer de Pulmón

Se trata de la primera causa prevenible de muerte en Argentina. La Dra. Ada Blidner, que integra el equipo científico dirigido por el Dr. Gabriel Rabinovich, trabaja en un proyecto para encontrar terapias innovadoras con base en la inmunoterapia contra este tipo de cáncer